La danza es un arte muy olvidado en la escuela, pese a los
grandes beneficios que ésta tiene para los niños. Y es que la danza tiene
beneficios tanto físicos como psíquicos. La danza requiere de una gran
concentración para el dominio de todo el cuerpo y además, ayuda a fortalecer
los músculos, la flexibilidad y la coordinación de los movimientos. Por lo
tanto, es una forma divertida de ejercitar el cuerpo y de lograr un estado
mental más fuerte y equilibrado.
Bailar reduce el estrés y mediante la danza se conocen
diferentes culturas ya que existen danzas de todo tipo y estilos: étnica, hip
hop, ballet, griega, medieval o folclórica entre otras muchas. También el niño
desarrolla el sentido musical y el ritmo.
Danzar implica además trabajar en equipo para coordinar
diferentes partes del baile. Por lo que fomenta el compañerismo y es una forma
también de superar la timidez y de mejorar la autoestima.
Con la danza se potencia la imaginación, la expresividad y
la creatividad así como la memoria al recordar los pasos de baile en cada
función.
Mediante ella, los niños aprenden a luchar por lo que
quieren, la perseverancia a la hora de mejorar los pasos en el baile y la
motivación. Todos ellos son aspectos muy importantes para afrontar la vida en
un futuro.
Si tantos beneficios tiene la danza para los niños, ¿por qué
no se aplica en el aula?
Sencillamente porque se considera algo “inútil”, suficiente
tienen con música y artes plásticas en la escuela, para qué más artes.
Ya que la danza no tiene su propio espacio en la escuela y
aún estando dentro del currículum de educación física y música no tiene ninguna
cabida en el aula, pienso que sería importante que nosotros como futuros
docentes la utilizásemos aunque sea a modo de juego en el aula.
Con el juego de las estatuas, las sillas y algún otro más
juego los niños bailan y además se lo pasan en grande.
Por mi propia experiencia en las prácticas, en las que
enseñé a niños desde 1º a 6º a bailar e incluso en algunos cursos a bailar
ballet, he podido descubrir que la danza “engancha”. Los alumnos más despistados eran los más
atentos y los que intentaban que les saliese todo bien, los niños más tímidos
se soltaban un poco más y los niños más inquietos se tranquilizaban. La danza
no es cuestión de sexo, está comprobado, les gustó tanto a niños como niñas,
pero claro, si algo no lo conoces y nunca te lo muestran, nunca sabrás si te
gustará.
Aquí dejo un enlace de ejemplos de danzas que se podrían
trabajar en el aula, aunque me he dado cuenta que infravaloramos el potencial
de los niños ya que en mi aula de prácticas los alumnos iban mucho más rápido
de lo que pensaba.
También pongo un enlace que habla sobre Rudolf Von Laban, un
gran coreógrafo y el máximo exponente de la danza educativa, la primera persona
en plantear que la danza debía ser una materia más en la escuela.